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martes, 28 de febrero de 2012

Microfinanzas para un Dummy - Parte III. De dónde viene la invasión de taxis

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Siempre me había intrigado la invasión de taxis que hay en Lima; de dónde salían tantos, por qué tenían frases como “La Mano de Dios” o “Esfuerzo es Exito” escritas en las puertas, si era cierto que eran vigilados satelitalmente, etc.


En mi segundo día de pasantía encontré respuestas a algunas de estas interrogantes. Les cuento mis descubrimientos.

Debido a la falta de regulación del servicio de taxi en el Perú, “taxear” debe ser el cachuelo por excelencia de los peruanos. Este cachuelo en muchos casos se convierte,  en un momento casi imperceptible, en una profesión, surgiendo la necesidad de buscar un vehículo propio.

Pero…, si precisamente empezó como un cachuelo, ¿cómo consiguen el vehículo?

Como dicen los Nose Quien y los Nose Cuantos, “(…) tú sabes amiga como somos los peruanos, cuando nos suena la barriga algo inventamos”, y en este caso esto fueron las Asociaciones de Taxistas Profesionales –ATP’s (o simplemente Asociación de Taxis –ATs-, Asociación Automotriz -AAs-, o sus derivados).

Las ATP’s son empresas en las que interesados se inscriben y pagan cuotas semanales. Cada cierto periodo de tiempo se sortea un número de vehículos y otro número es adjudicado a quienes ofrecen pagar en ese momento un mayor número de cuotas.

La propiedad del vehículo recién se transfiere cuando se paga la última cuota, por lo que hasta ese momento los vehículos deben mantener el nombre de las ATP’s, que sí, adivinaron, tienen nombres como “La Mano de Dios”, “Esfuerzo es Exito” o "Unidos en Cristo".  


En la mayor parte de ATP’s antes de entregarse los vehículos se les instala un GPS por seguridad (y de paso para poder ubicarlos en caso se deje de pagar las cuotas), o sea, que es cierto eso que son vigilados satelitalmente (esa no la vi venir), y un sistema de combustible a gas natural (de esto les cuento más en el próximo post).


El problema con esta ingeniosa figura es que al precisamente ser una forma de financiamiento para las personas que normalmente no podrían acceder a uno, el monto que pagan es sumamente alto, lo cual genera un círculo vicioso de “cuotas altas, mayor riesgo de incumplimiento; mayor riesgo, mayores medidas para disminuir el riesgo, mayores costos”.

Esto lamentablemente genera que algunos “vivos” opten por intentar desconectar el GPS para dejar de pagar las cuotas o en caso el vehículo sufra algún siniestro simplemente lo dejen abandonado y dejen de pagar las cuotas.  

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