Como el incentivo económico es de sólo S/.200 bimensuales, este monto no les alcanza a las beneficiarias para desarrollar algún tipo de actividad productiva, por lo que usualmente lo usan para gastos diarios u otros gastos corrientes que no las ayuda a mejorar su nivel de vida.
Lo que busca el crédito a los
beneficiarios de este programa es otorgarles un monto de hasta S/.2000 para que
lo utilicen con alguna finalidad productiva, y este crédito pueda ser pagado al
momento de recibir el incentivo con una parte de éste.
En un comienzo, cuando el número
de clientes y su ubicación geográfica (caseríos más cercanos a la ciudad)
todavía lo permitía, el préstamo no era entregado en efectivo, sino consistía
en la entrega de productos y servicios.
Así, por ejemplo, un cliente
podía elegir entre recibir un kit de cuyes de buena raza (un cuy macho
reproductor y varios cuyes hembras) y capacitación para la crianza de estos
animales (como separarlos en galpones, evitar el cruce entre hermanos para que
la raza no sé afecte, entre otras), o capacitación en técnicas de riesgo por
aspersión (básicamente utilizando la gravedad y botellas de gaseosas vacías) y
pastos mejorados, etc.
Al momento en que se les
entregaba el crédito se les pedía a las clientes que hagan un dibujo de cómo
veían sus hogares en un par de años con el desarrollo de la actividad
productiva elegida (e.g. áreas verdes para que sus animales pudieran comer o
galpones de cuyes), y este dibujo se colgaba en un lugar visible de su hogar
como forma de motivación.
En la actualidad el número de clientes
y la dispersión geográfica hace imposible que esta metodología se mantenga. Sin
embargo, igual se exige que las beneficiarias señalen la actividad productiva para
la cual piden el crédito, y los analistas deben verificar que el crédito haya
sido utilizado para esto (e.g. si el crédito fue solicitado para la compra de una
vaca, que ésta haya sido comprada).
Los créditos son colocados y
cobrados los días en que las beneficiarias “bajan” a los centros poblados a
recibir el incentivo, por lo que el nivel de morosidad es bastante bajo
generalmente. Sin embargo, existen casos en los que por condiciones climáticas
se pierden cosechas o hay derrumbes en las carreteras que no permiten el pago
del incentivo, y en esos casos existe una alto nivel de morosidad.
En esos casos en particular,
considerando que no se trata de un problema de voluntad de pago de las
clientes, sino de un hecho aislado que afecta sistemáticamente a una población
determinada, se busca reprogramar los créditos y/o condonar los intereses
moratorios que se hubieran generado para no perjudicar a las clientes.
En el próximo post les cuento de algunas
de las clientes y lugares que visité conociendo como se implementa este crédito
en las zonas rurales de Bambamarca.
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