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martes, 16 de abril de 2013

De ronderos, ganaderos, agricultores y otros oficios; el verdadero significado de “multitasking”

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El primer cliente que conocí en Bambamarca fue al señor Nicolás, que era el jefe de la asociación de ronderos del caserío “Alto Perú”. Nicolás se encontraba en el centro urbano de Bambamarca porque había sido citado a la comisaria para esclarecer un supuesto delito de invasión de propiedad y hurto.
 
Cuando le preguntamos a qué se debían esos cargos, nos contó que el denunciante había hurtado un televisor de una asociado viuda, y que para recuperarlo la ronda había, en efecto, entrado a la casa del ladrón “sin invitación”, y que por eso habían sido denunciados.
El señor Nicolás tenía un crédito PyME y su esposa un crédito de inclusión para las beneficiarias del programa JUNTOS, pero nos pidió reunirnos en la tarde para conversar acerca de la posibilidad de otorgarle créditos a otros ronderos.

Esta conversación me hizo querer averiguar un poco más de las rondas campesinas. Si bien tenía cierta noción de lo que eran, ésta era la que me habían dado los programas de reportajes dominicales en la peor época de la lucha contra los terroristas, o sea que me imaginaba que su principal función había cambiado.

Para empezar, descubrí que lo que yo pensaba que eran las rondas campesinas en realidad eran Comités de Autodefensa, cuyos miembros también se hacen llamar ronderos.
Las rondas son organizaciones autónomas diseñadas para la protección de derechos en tiempos de paz, que surgieron como respuesta a la carencia de protección estatal de los derechos de las personas de la zona rural. Actualmente su actividad está regulada por la ley.

Las formas de organización de las rondas varían en cada zona, pero por lo menos en la zona rural de Bambamarca para acceder a los beneficios de la ronda todos los comuneros debían unirse a la ronda y cumplir con los encargos asignados. En caso que no se pudiera cumplir con las obligaciones de la ronda, se podía efectuar un pequeño pago por la seguridad, como el caso de la viuda a la que le habían robado su televisor.
En estas zonas, los comuneros se dedican a varias actividades a la vez. El señor Nicolás, por ejemplo, se dedica a la ganadería para la producción de leche y queso, y tiene una pequeña chacra donde siembra productos para autoconsumo. Su hermana, la señora Delicia, trabaja con él y se dedica a recorrer a caballo las chacras vecinas comprando la leche de otros ganaderos que sólo producen pequeñas cantidades. Su esposa, se dedica a tejer sombreros y faldas, lo cual demora alrededor de 15 días, mientras cuida a sus hijos, alimenta al ganado y prepara la comida de la familia.

Luego de recorrer el caserío “San Antonio Bajo”, y de seguir mi investigación de las rondas con el jefe de la asociación de ronderos de ese caserío, el señor Miguel, fuimos al caserío “Chala”. Este caserío está debajo del Cerro Isquioc, conocido en la zona por tener la forma del perfil de Cristo.
 
Esta localidad es una antigua hacienda por lo que estaba un poco más desarrollada que los demás caseríos de la zona, y han convertido lo que fue la casa hacienda en un instituto superior de enfermería e industrias alimentarias.
Como llegamos a Chala a la hora de almuerzo, el jefe de los ronderos nos invitó a su casa a almorzar. Lamentablemente no me acuerdo el nombre de este señor, pero me quedé impresionado por su pro-actividad. Tenía un terreno bastante grande donde había tres casas de dos pisos hechas de quincha. En la parte trasera, tenía sembrado zanahorias, cilantro, rocoto, perejil, berenjena, papa, zapallo chiclayo, maíz, lechuga, granadilla, poro, yacón, y más. Además, tenía una piscina de barro para hacer piscicultura de carpas, y criaba cuyes y gallinas.


Estar en un lugar como ese me hizo pensar seriamente en las posibilidades del turismo vivencial como forma de desarrollo económico en la zona. Bambamarca cuenta con un clima templado, a pocas horas existe un bosque de piedras, y los turistas podrían pasar un día sembrando o aprendiendo a tejer sombreros o faldas. A ver si alguien se anima a desarrollar esa alternativa.

Luego del recorrido por distintos caseríos nos reunimos con el señor Nicolás para ver la posibilidad de crear un producto especial para los ronderos. Nicolás nos ofreció que la ronda se podía hacer garante de los préstamos, pero su concepto de garante no era el usual de garante financiero, por así llamarlo, sino que la ronda garantizaba que sus miembros iban a pagar el préstamo …
Ya para esa altura del día no me quedaba ninguna duda de la influencia y control que tenía la ronda sobre sus miembros y comuneros en general, y lamentablemente, por eso mismo, no me pareció tan buena idea aceptar la propuesta de la ronda …

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