Gabriel Villavicencio Bedoya. Con la tecnología de Blogger.

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lunes, 16 de diciembre de 2013

Manchay: El Laboratorio

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Ya con la experiencia conseguida en mi paso por el área de negocios tradicionales en la agencia de Ate, y habiendo conocido de cerca algunos de nuestros productos de inclusión más importantes en el norte (la alianza con el programa Sierra Norte, los créditos a las UNICAs y el financiamiento a las beneficiarias del programa JUNTOS), llegó la hora de ponerme a trabajar.

La Gerencia de Negocios de Inclusión tenía en Manchay su única agencia en Lima. Manchay es lo que se conoce como una “ciudad dormitorio”, un lugar donde las personas sólo llegan a dormir porque trabajan fuera de ella. Se decidió que ese fuera nuestro centro de operaciones en Lima básicamente por dos factores: (i) es, probablemente, junto a Pachacutec, la zona más pobre de Lima, y (ii) se esperaba contar con el apoyo del párroco local, quien es una de las personas más influyentes de esa área.

Siendo esto así, se instaló nuestra agencia en un espacio dentro de la Parroquia. Esta situación, si bien tenía la ventaja de que se pudiera considerar como un apoyo implícito del párroco (que nunca llegó a ser más que eso), ocasionó que esta agencia nunca pasará a ser más que una especie de oficina de representación, ya que por motivos de seguridad, nunca se nos permitió instalar una bóveda dentro de las instalaciones.  

La oficina de Manchay empezó a funcionar con un catálogo de productos tan amplio que probablemente no se habían colocado más de 10 créditos de cada uno. En ese momento existían productos como “creditaxista”, “credicobrador”, “credicanillita”, “credilustrabotas”, …, bueno, me imagino que ya captaron la idea.

La idea de la agencia de Manchay era que fuera un laboratorio en el cual crear y perfeccionar productos en base a la metodología de prueba y error, ya que no existía en el país, y probablemente en el mundo, algún tipo de metodología estándar exitosa sobre cómo llegar a este tipo de potenciales clientes para bancarizarlos de forma sostenible.

Mi primera tarea fue declarar que el resultado de ese primer experimento había sido ERROR, y homogeneizar el abanico de créditos individuales en una especie de “credimiloficios”, que nos permitiera ser más eficientes (por lo  menos en el tiempo de atención de nuestros asesores, ya que parecía claro que los créditos individuales no eran el camino).

Como lo he comentado en otros posts, el costo de llegar a clientes tan dispersos (ya sea por causas geográficas, o, como en el caso de Manchay, porque sus habitantes sólo están ahí en horas que la agencia estaba cerrada), y a los cuales se les puede otorgar créditos por montos pequeños para no correr el riesgo de sobre endeudarlos, hace prácticamente imposible que un producto individual tenga éxito en un segmento de tan bajos recursos.  

Convencidos de que los créditos individuales no eran el camino, mi siguiente tarea fue la de darle forma a una idea de un producto grupal que ya venían manejando cuando entré a CNG. Este producto fue el “Emprende Mujer”, nuestra propia idea de lo que debía ser un crédito para grupos solidarios.

En los más de dos años que estuve en CNG el Emprende Mujer siempre estuvo en una constante evolución, y fue gracias al cual realmente conocí la realidad urbana y peri urbana limeña, por lo que es la base de muchos de los siguientes posts que compartiré.   

miércoles, 28 de agosto de 2013

Evolución y adaptación. El Banco de los Pobres, los bancos comunales y los créditos solidarios. Parte IV. Grupos Solidarios

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Como ya les comenté en otro post, partiendo de los logros alcanzados por el Banco Grameen, se buscó desarrollar metodologías crediticias que compensaran la debilidad de la situación económica de las personas más pobres a través del “peer lending” (préstamo de personas en su misma situación) y del “peer pressure” (presión de grupo).

Los bancos comunales es la metodología más importante que recoge estos dos mecanismos, y genera beneficios más allá de únicamente el plano económico al empoderar y capacitar a sus miembros. Sin embargo, lograr capacitar grupos humanos para que desarrollen el peer lending es bastante costoso, toma tiempo y se asume un gran riesgo, por lo que la utilización de esta metodología está por lo general asociada  a ONG’s.
Siendo esto así, se buscó implementar otra metodología que permita acceder a los sectores marginados de la sociedad al crédito sin que sea necesario incurrir en altos costos para que pueda ser masificado.

Los principales retos que la nueva metodología debía superar para esto son consecuencia de la informalidad en economías de subsistencia: la falta de reconocimiento del derecho de propiedad, piedra angular de la banca tradicional como forma de garantía; y la falta de información fidedigna de los ingresos de los potenciales clientes.
 A esto, hay que sumarle que el costo que asumen las entidades crediticias para llegar a estos clientes y del tiempo que ocupan sus analistas para evaluarlos, versus el retorno de créditos de entre S/. 500 y S/. 2,000 en cortos plazos a bajas tasas de interés.

En este contexto, se crearon los créditos a los grupos solidarios. Al igual que en los bancos comunales, se busca crear grupos de personas que mantengan algún vínculo (laboral, distrital, etc.) para que exista la presión entre pares y el apoyo mutuo.
Sin embargo, a diferencia de los anteriores, en esta metodología los créditos son entregados directamente por la entidad financiera a cada uno de los integrantes del grupo, el cual es responsable por su pago, pero que a su vez es fiador solidario de cada uno de los otros miembros de su grupo.

Esta situación, hace que se reduzcan los costos relacionados con: la evaluación, la gestión y la recuperación de los préstamos; ya que al cada miembro ser garante de todos los demás, estos van a ser los principales interesados en que sólo entren al grupo personas responsables, con lo que se reduce el costo de análisis.
Asimismo, al ser un grupo humano unido es más fácil organizar reuniones grupales periódicas para ver cómo van los pagos, y de ser el caso, realizar actividades de apoyo a las personas que por motivos coyunturales no vayan a poder cumplir con su siguiente cuota (polladas, colectas, préstamos, etc.), y en las cuales el tesorero del grupo puede realizar el cobro de la siguiente cuota de los créditos.

En mi caso en particular, fue el primer producto que me encargaron desarrollar y en el cual pude desarrollar más experimentos para tratar de ajustarlo lo más posible a la particular idiosincrasia peruana.
En los siguientes posts les cuento algunas aventuras y anécdotas que me pasaron desarrollando y promoviendo este producto.      

miércoles, 24 de julio de 2013

Evolución y adaptación. El Banco de los Pobres, los bancos comunales y los créditos solidarios. Parte III. UNICAS

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Como les comenté en el último post, se han creado innumerables variaciones en la metodología de los bancos comunales. En el Perú, existen ONGs que desarrollan este tipo de metodología en zonas periurbanas y rurales del país con adecuaciones a cada zona en particular.

Adicionalmente, COFIDE ha desarrollado una forma de bancos comunales denominados Uniones de Crédito y Ahorro (UNICAs) dentro de su Programa Inclusivo de Desarrollo Empresarial Rural (PRIDER). Éstas han tenido un considerable éxito, así que vamos a hablar de ellas en este post.
PRIDER es una iniciativa desarrollada por COFIDE con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que busca promover la inclusión social y económica de las familias en situación de vulnerabilidad en las zonas rurales del país. Para esto, se busca apalancar sus recursos comunes, la fuerza colectiva del grupo, el alto grado de confianza, y el desarrollo empresarial rural de sus participantes. Además, se busca fomentar la reflexión y el análisis crítico de la realidad, y que se asuma una actitud positiva frente al cambio.

De acuerdo a la metodología utilizada por COFIDE, en una UNICA se elige a dos representantes para que acudan a un programa de capacitación de tres módulos: organización, administración, y contabilidad. Cada módulo tiene una duración de una semana teórica y tres semanas prácticas en las cuales, los representantes transfieren los conocimientos a su población y los ponen en práctica a la hora de constituir su UNICA.
El capital de la UNICA se conforma mediante el aporte de sus propios socios; la asociación define el costo de las acciones y cada miembro decide cuántas adquirirá. La estructura de una UNICA consta de un Consejo de Administración, un Comité de Créditos, un Comité de Recuperación y una Junta de Vigilancia, y son éstas las que establecen sus condiciones financieras: tasa activa, tasa pasiva, plazos de repago y garantías.

Imagen obtenida
 de la página web COFIDE

Con la finalidad de fomentar la sostenibilidad de las UNICAs se ha creado una Red de UNICAs con el objetivo de apoyar su integración y promover un flujo de interacción e influencia mutua a través de capacitación, asesoría y supervisión.
La Red busca favorecer un intercambio continuo de experiencias que faciliten la ampliación de conocimientos entre las UNICAs, renovar su capacidad de gestión, garantizar la confianza entre ellos. Además, busca  desarrollar mecanismos de cooperación como: compras conjuntas de insumos o útiles escolares, venta de productos en bloque, labores de acopio y empaque, promoción de iniciativas de negocios, articulación con el mercado y otras.

Imagen obtenida de la página web de COFIDE
 

El PNUD recoge en su página web algunas historias de éxito, como la de Lastenia Ludeña, una mujer que únicamente se dedicaba a ser ama de casa que fue una de las primeras mujeres que se unió al proyecto de UNICAs.
Lastenia fue nombrada presidente tras una previa capacitación, y en su gestión logró aumentar el ingreso de las participantes, formar pequeños negocios y participar con sus familias en las cadenas productivas de maíz, logrando obtener un capital social de más de 30 mil soles al cabo de cinco años. No solo eso: dentro de su hogar pudo desarrollar una pequeña bodega, una pensión y una cabina de Internet rural. Con el paso de los años, su cargo también cambió: asumió el puesto de Secretaria de Asuntos Financieros de la Red Regional, y Secretaria de la Cooperativa Red de UNICAS de Lambayeque, con el respaldo de más de 5 mil familias participantes del programa.

El problema de esta metodología, y por lo cual sólo viene siendo implementada en las zonas rurales de Lambayeque y Cajamarca, es su alto costo.
La parte teórica del programa de capacitación, que es probablemente el principal motivo del éxito de esta metodología, es dictado en el mejor de los casos en la capital de la provincia, por lo que COFIDE debe correr con el costo del transporte, alimentación y alojamiento de los representantes elegidos, además de cubrir el sueldo que estos dejan de ganar por no trabajar durante una semana.

En los casos de las metodologías de bancos comunales utilizadas por las ONGs, la capacitación es mucho más sencilla, y por lo tanto, barata, y el costo de ésta es trasladado a los propios bancos comunales dentro de la tasa de interés del crédito de la cuenta externa, por lo que estas metodologías son más fácilmente replicables.       

martes, 9 de julio de 2013

Evolución y adaptación. El Banco de los Pobres, los bancos comunales y los créditos solidarios. Parte II. Bancos comunales

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Partiendo de los logros alcanzados por el Banco Grameen, se buscó desarrollar metodologías crediticias que compensaran la debilidad de la situación económica de las personas más pobres a través del “peer lending” (préstamo de personas en su misma situación) y del “peer pressure” (presión de grupo).
Las metodologías que más éxito han tenido bajo esta fórmula son la banca comunal y los grupos solidarios. En este post voy a tratar de explicar en qué consisten la banca comunal. Esto no va a ser tarea fácil ya que con el tiempo y su implementación en diferentes regiones del mundo ha sufrido múltiples cambios y adaptaciones. Trataré de hablar los rasgos más generales.

La banca comunal es un modelo de servicios financieros que permite a las comunidades pobres formar sus propias asociaciones de ahorro y crédito, o bancos comunales.

En los bancos comunales una entidad promotora (Microfinanciera, ONG, etc.) fomenta la conformación de grupos (en algunos casos de entre 15 y 30 personas, en otros entre 30 y 60) interesadas en obtener un crédito individual, y ayuda en la formación del banco, definiendo su alcance territorial, iniciando el plan de ahorro de sus miembros, supervisando la elección de su junta directiva y capacitándola, desarrollando sus estatutos, entre otras.  
Posteriormente la entidad promotora otorga un crédito al banco comunal, con el cual este otorga créditos a sus miembros, dentro del marco establecido por la entidad promotora, de acuerdo a sus propias políticas y lineamientos.

Los bancos comunales funcionan con dos cuentas: la cuenta externa y la cuenta interna. En la cuenta externa se maneja el repago de los créditos y los intereses que deberán ser pagados a la entidad promotora. En la cuenta interna se depositan los ahorros, intereses adicionales o multas que pudiera haber establecido en sus estatutos el banco como fuente de ingresos.  
Cada préstamo da origen a un ciclo que varía de 3 a 6 meses. Para las cobranzas, se efectúa una reunión mensual en la cual se resuelve también algunos asuntos administrativos como el seguimiento a los miembros morosos o las decisiones en torno a la cuenta interna. Las moras, por día de atraso en el pago, y las multas, sirven para acumular a favor de esta cuenta.

Únicamente una vez que los bancos comunales pagan el crédito a la entidad promotora son aptos para recibir un nuevo crédito de la entidad promotora, y ésta es la única garantía de pago que tienen estas entidades. De acuerdo a la concepción de esta metodología, los miembros del banco, interesados en seguir obteniendo créditos de la promotora, serán lo suficientemente cautelosos para sólo aceptar como sus co-miembros del banco gente que consideren responsable y que por tanto honrarán su crédito (peer lending) y en caso no lo hagan podrán realizar una suficiente presión en los deudores para que cumplan con este pago (peer pressure).   
La relación entre el monto del crédito otorgado por la entidad promotora y los ahorros alcanzados por los miembros del banco comunal es vital para el modelo de bancos comunales. Una vez que un banco comunal paga su crédito a la entidad promotora podrá obtener uno por un monto equivalente a la primera suma más el monto de ahorros que hayan alcanzado.

Según el criterio de los miembros, el dinero acumulado en la cuenta interna puede destinarse en calidad de préstamos adicionales para los miembros o personas externas, o en caso no se prefiera disponer de esta cuenta, al finalizar los ciclos establecidos por la entidad promotora para la graduación de un banco, es decir, cuando ya no pueden seguir solicitando créditos como banco comunal, se reparten los fondos de esta cuenta.
Como les comenté, existen innumerables modificaciones y adaptaciones al modelo de bancos comunales. En algunos casos se forman subgrupos de entre 5 y 10 personas dentro de los bancos para que los miembros de estos se garanticen solidariamente entre ellos. En otros el control de las cuentas internas y externas es seguido con más o menos rigurosidad de la entidad promotora. También existen casos en los que el monto de los créditos posteriores no depende del ahorro de los bancos comunales, sino de su puntualidad y desempeño.

Existen innumerables variaciones, así que he querido darles una mirada rápida por las características más generales y de forma abstracta. Si les interesa averiguar más me avisan y les puedo pasar un par de trabajos más extensos sobre el tema. En el siguiente post les cuento de los créditos solidarios.

jueves, 30 de mayo de 2013

Evolución y adaptación. El Banco de los Pobres, los Bancos Comunales y los créditos solidarios. Parte I. El Banco Grameen, el Banco de los Pobres

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El Banco Grameen es el precursor de las Microfinanzas como las conocemos ahora. Esta  organización es un banco social de microcréditos que tiene como objetivo buscar la independencia de los más pobres, fomentando que sus prestatarios se conviertan en ahorristas para que sus ahorros se conviertan en préstamos para otros. El banco y su fundador, Muhammad Yunus, ganaron el Premio Nobel de la Paz en 2006


El Proyecto Grameen Bank nació en  una aldea de Bangladesh en 1976. En 1983 se convirtió en un banco formal propiedad de los prestatarios del banco (mayormente mujeres), por lo que es conocido como el Banco de los Pobres. Los prestatarios poseen alrededor del 94% del capital total del banco y el restante es propiedad del gobierno.


El Grameen Bank no pide ninguna garantía para sus microcréditos puesto que no pretende llevar a los tribunales a ninguno de sus prestatarios en caso de que no devuelvan su préstamo, sino que basa su  forma de operar en la confianza y los valores de las personas

Los interesados en obtener un crédito deben formar grupos de cinco personas. En un comienzo, sólo dos miembros del grupo pueden solicitar un crédito. Dependiendo de su comportamiento en el repago, los siguientes dos miembros pueden solicitar un crédito, y seguidamente, el quinto miembro.


La idea detrás de este esquema es que la pertenencia a un grupo genere una garantía moral para el pago de los créditos, no existiendo ninguna modalidad de responsabilidad colectiva en caso que alguno de los miembros incumpla con el repago. Sin embargo, en la práctica muchas veces si un miembro no puede cumplir con el repago, los demás miembros ayudan a pagarlo ya que el banco no otorga más créditos a grupos en los que uno de sus miembros haya fallado. Estos miembros posteriormente buscan cobrarle al miembro deudor. 

En un comienzo, el crédito es restringido únicamente para actividades productivas que hagan posible el repago del crédito. Posteriormente, si los prestatarios demuestran su capacidad de pago, el banco otorga préstamo para la mejora de la calidad de vida y problemas de salud

El banco busca capacitor a los líderes de las aldeas, para que estos capaciten a los líderes de los grupos, y estos a sus miembros, en temas relacionados a la ética, creatividad y cuidado del medio ambiente.

En ese sentido, el banco incorpora en sus créditos una serie de principios llamados las “16  Decisiones, entre las que destacan algunas como (i) seguir los 4 principios del Banco Grameen: Disciplina, Unidad, Coraje y Trabajo Duro; (ii) realizar una planificación familiar y cuidar de la salud de la familia; (iii) brindar educación a sus hijos; entre otros.

En todas las oficinas del banco los prestatarios recitan las decisiones y prometen cumplirlas. Como resultado de esto, los prestatarios del banco son enfocados a adoptar hábitos sociales positivos, lo que ayuda a generar un cambio social y educar a la siguiente generación.

La supervisión y capacitación de clientes son llevadas a cabo por “banqueros en bicicleta” de las distintas agencias del banco, quienes cuentan con una adecuada delegación de poderes para evaluar a los prestatarios y sus proyectos. Este factor, sumado a la presión de los miembros del grupo (peer pressure), y esquema de pago basados en cuotas de hasta 50 semanas son los que hacen viable el funcionamiento de la banca rural diseñada para los más pobres.  


De acuerdo a su página web, el personal del Banco Grameen evalúa anualmente su trabajo y si el estado socio económico de sus miembros ha mejorado, usando 10 indicadores como (i) si la familia bebe agua potable o agua hervida, (ii) si los niños mayores de 6 años asisten al colegio, o (iii) el balance anual de la cuenta de ahorros de la cliente, entre otros.  

martes, 16 de abril de 2013

De ronderos, ganaderos, agricultores y otros oficios; el verdadero significado de “multitasking”

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El primer cliente que conocí en Bambamarca fue al señor Nicolás, que era el jefe de la asociación de ronderos del caserío “Alto Perú”. Nicolás se encontraba en el centro urbano de Bambamarca porque había sido citado a la comisaria para esclarecer un supuesto delito de invasión de propiedad y hurto.
 
Cuando le preguntamos a qué se debían esos cargos, nos contó que el denunciante había hurtado un televisor de una asociado viuda, y que para recuperarlo la ronda había, en efecto, entrado a la casa del ladrón “sin invitación”, y que por eso habían sido denunciados.
El señor Nicolás tenía un crédito PyME y su esposa un crédito de inclusión para las beneficiarias del programa JUNTOS, pero nos pidió reunirnos en la tarde para conversar acerca de la posibilidad de otorgarle créditos a otros ronderos.

Esta conversación me hizo querer averiguar un poco más de las rondas campesinas. Si bien tenía cierta noción de lo que eran, ésta era la que me habían dado los programas de reportajes dominicales en la peor época de la lucha contra los terroristas, o sea que me imaginaba que su principal función había cambiado.

Para empezar, descubrí que lo que yo pensaba que eran las rondas campesinas en realidad eran Comités de Autodefensa, cuyos miembros también se hacen llamar ronderos.
Las rondas son organizaciones autónomas diseñadas para la protección de derechos en tiempos de paz, que surgieron como respuesta a la carencia de protección estatal de los derechos de las personas de la zona rural. Actualmente su actividad está regulada por la ley.

Las formas de organización de las rondas varían en cada zona, pero por lo menos en la zona rural de Bambamarca para acceder a los beneficios de la ronda todos los comuneros debían unirse a la ronda y cumplir con los encargos asignados. En caso que no se pudiera cumplir con las obligaciones de la ronda, se podía efectuar un pequeño pago por la seguridad, como el caso de la viuda a la que le habían robado su televisor.
En estas zonas, los comuneros se dedican a varias actividades a la vez. El señor Nicolás, por ejemplo, se dedica a la ganadería para la producción de leche y queso, y tiene una pequeña chacra donde siembra productos para autoconsumo. Su hermana, la señora Delicia, trabaja con él y se dedica a recorrer a caballo las chacras vecinas comprando la leche de otros ganaderos que sólo producen pequeñas cantidades. Su esposa, se dedica a tejer sombreros y faldas, lo cual demora alrededor de 15 días, mientras cuida a sus hijos, alimenta al ganado y prepara la comida de la familia.

Luego de recorrer el caserío “San Antonio Bajo”, y de seguir mi investigación de las rondas con el jefe de la asociación de ronderos de ese caserío, el señor Miguel, fuimos al caserío “Chala”. Este caserío está debajo del Cerro Isquioc, conocido en la zona por tener la forma del perfil de Cristo.
 
Esta localidad es una antigua hacienda por lo que estaba un poco más desarrollada que los demás caseríos de la zona, y han convertido lo que fue la casa hacienda en un instituto superior de enfermería e industrias alimentarias.
Como llegamos a Chala a la hora de almuerzo, el jefe de los ronderos nos invitó a su casa a almorzar. Lamentablemente no me acuerdo el nombre de este señor, pero me quedé impresionado por su pro-actividad. Tenía un terreno bastante grande donde había tres casas de dos pisos hechas de quincha. En la parte trasera, tenía sembrado zanahorias, cilantro, rocoto, perejil, berenjena, papa, zapallo chiclayo, maíz, lechuga, granadilla, poro, yacón, y más. Además, tenía una piscina de barro para hacer piscicultura de carpas, y criaba cuyes y gallinas.


Estar en un lugar como ese me hizo pensar seriamente en las posibilidades del turismo vivencial como forma de desarrollo económico en la zona. Bambamarca cuenta con un clima templado, a pocas horas existe un bosque de piedras, y los turistas podrían pasar un día sembrando o aprendiendo a tejer sombreros o faldas. A ver si alguien se anima a desarrollar esa alternativa.

Luego del recorrido por distintos caseríos nos reunimos con el señor Nicolás para ver la posibilidad de crear un producto especial para los ronderos. Nicolás nos ofreció que la ronda se podía hacer garante de los préstamos, pero su concepto de garante no era el usual de garante financiero, por así llamarlo, sino que la ronda garantizaba que sus miembros iban a pagar el préstamo …
Ya para esa altura del día no me quedaba ninguna duda de la influencia y control que tenía la ronda sobre sus miembros y comuneros en general, y lamentablemente, por eso mismo, no me pareció tan buena idea aceptar la propuesta de la ronda …

martes, 19 de marzo de 2013

Financiando JUNTOS

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Como ya todos leyeron el post del Programa JUNTOS (sino léanlo puuuesss), ya puedo contarles cómo CNG busca completar este incentivo económico para ayudar a sus beneficiarios a salir de la situación de pobreza.
Como el incentivo económico es de sólo S/.200 bimensuales, este monto no les alcanza a las beneficiarias para desarrollar algún tipo de actividad productiva, por lo que usualmente lo usan para gastos diarios u otros gastos corrientes que no las ayuda a mejorar su nivel de vida.

Lo que busca el crédito a los beneficiarios de este programa es otorgarles un monto de hasta S/.2000 para que lo utilicen con alguna finalidad productiva, y este crédito pueda ser pagado al momento de recibir el incentivo con una parte de éste.
En un comienzo, cuando el número de clientes y su ubicación geográfica (caseríos más cercanos a la ciudad) todavía lo permitía, el préstamo no era entregado en efectivo, sino consistía en la entrega de productos y servicios.

Así, por ejemplo, un cliente podía elegir entre recibir un kit de cuyes de buena raza (un cuy macho reproductor y varios cuyes hembras) y capacitación para la crianza de estos animales (como separarlos en galpones, evitar el cruce entre hermanos para que la raza no sé afecte, entre otras), o capacitación en técnicas de riesgo por aspersión (básicamente utilizando la gravedad y botellas de gaseosas vacías) y pastos mejorados, etc.     
Al momento en que se les entregaba el crédito se les pedía a las clientes que hagan un dibujo de cómo veían sus hogares en un par de años con el desarrollo de la actividad productiva elegida (e.g. áreas verdes para que sus animales pudieran comer o galpones de cuyes), y este dibujo se colgaba en un lugar visible de su hogar como forma de motivación. 

En la actualidad el número de clientes y la dispersión geográfica hace imposible que esta metodología se mantenga. Sin embargo, igual se exige que las beneficiarias señalen la actividad productiva para la cual piden el crédito, y los analistas deben verificar que el crédito haya sido utilizado para esto (e.g. si el crédito fue solicitado para la compra de una vaca, que ésta haya sido comprada).
Los créditos son colocados y cobrados los días en que las beneficiarias “bajan” a los centros poblados a recibir el incentivo, por lo que el nivel de morosidad es bastante bajo generalmente. Sin embargo, existen casos en los que por condiciones climáticas se pierden cosechas o hay derrumbes en las carreteras que no permiten el pago del incentivo, y en esos casos existe una alto nivel de morosidad.

En esos casos en particular, considerando que no se trata de un problema de voluntad de pago de las clientes, sino de un hecho aislado que afecta sistemáticamente a una población determinada, se busca reprogramar los créditos y/o condonar los intereses moratorios que se hubieran generado para no perjudicar a las clientes.
En el próximo post les cuento de algunas de las clientes y lugares que visité conociendo como se implementa este crédito en las zonas rurales de Bambamarca.

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